sábado, 2 de octubre de 2010

Durmiendo por un sueño

Hoy es momento para una historia buenísima, que merece ser contada. Extraída de la publicación de septiembre 2010 de El Gráfico. Les sucedió a Manu Ginóbili y Fabricio Oberto, cuando compartían equipo en San Antonio. La misma data del 19 de mayo de 2008, cuando los Spurs vencieron 91-82 de visitante a New Orleans Hornets y accedían a la final de la NBA.

La cuenta el propio Manu: "Fue algo increíble. Me hizo acordar a mis viajes en Andino de La Rioja y Estudiantes de Bahía. Apenas terminó el partido, Popovich -el DT- nos pidió que saliéramos rápido para ir a descansar, porque se venían las finales con los Lakers. Cumplimos al pie de la letra, 23.30 estábamos todos arriba del avión para despegar.

De repente, nos avisan que había un desperfecto y que tardarían una o dos horas en solucionarlos. No nos importó, ¡veníamos de ganar una serie durísima! Seguimos charlando, alegres. A las dos horas nos advierten que no se podría solucionar.

Se llamó al hotel para volver a dormir a New Orleans. Pero no había lugar. Entonces, cuatro personas empezaron a buscar alojamiento. Llamaron a 25 hoteles diferentes. Desde los de 500 dólares la noche hasta los de 29,99 dólares, de esos donde paré con Pancho Jasen cuando fui a Estados Unidos de vacaciones en el 2000. Pero en la ciudad había convenciones. Era imposible, estaba todo ocupado.

NO NOS QUEDÓ OTRA QUE DORMIR EN EL AVIÓN. Algunos se pusieron a jugar a las cartas; otros a leer o mirar películas. Lo peor es que muchos, como Tony Parker y yo, no estábamos acostumbrados a dormir en asientos, así que nos tiramos en el piso, cruzados por el pasillo. Imagínense, ver gente de 2 metros durmiendo así... Era una imagen divertida. Nos pusimos de acuerdo para que se apagara la luz a las 3 de la mañana y... Nos tuvimos que arreglar. Fabri (Oberto) y yo les dijimos a los demás: "NO SE PREOCUPEN, ASÍ CRECIMOS NOSOTROS".

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