domingo, 4 de julio de 2010

Crónica de una nueva decepción mundialista


Ya son 20 años sin estar entre los mejores 4. Las frustraciones mundiales se suceden, pasan, se acumulan, parecen no cesar... Esto fue un golpazo. Pero tremendo eh. Las expectativas eran enormes, la ilusión ni te cuento. Apenas comparable con una caída desde el piso 50 y seguir con vida... Tontos, pero seguimos. Piñón al mentón, a los sueños, a los deseos. Argentina cayó ¡4 a 0! con Alemania y se volvió a casa.

No fue un fracaso, pero claramente no se cumplió con el objetivo. El mismo era al menos llegar a las semifinales. Y viendo como venía el equipo, la confianza de los jugadores, del director técnico, el respeto que nos tenían los rivales, tal vez algo más. Pero se falló cuando y donde no se podía fallar. Lamentablemente.

Se hicieron cosas bien, pero también cosas mal. Se subestimó el partido por parte de Argentina, no quisimos ver que teníamos un rival que es una potencia histórica y actual... Sencillamente el primer rival en serio que nos tocaba enfrentar. Si hace 4 meses a este mismo equipo se le ganó y encima en su casa, en Berlín, y con un esquema más rígido, compacto, equilibrado como es el 4-4-2... ¿Por qué no lo tuvimos en cuenta? Nos cebamos. Tevez venía de su mejor actuación, pero debía esperar en el banco. Lo peor de todo es que jamás aprendimos la lección del 1-6 en Bolivia, encuentro en el que nos pasó lo mismo. Salimos a matar o morir, y morimos al instante. Nos regalamos, para ser claros.
Otamendi no puede jugar de 4, lo dije tantas veces... Pero se insistía con el "la rompió" (???). En pocos minutos, falta del gol, perdió la marca, se hizo amonestar, perdía todas las pelotas, caminaba por la cornisa... Jugó taaaantos minutos de regalo... Pobre tipo, lo incineraron, no tiene la culpa. Pero fue determinante.

En la facultad habíamos hecho un programa de radio, en el que manifesté cual debía ser la formación inicial a mi entender: Romero; Clemente/Burdisso, Demichelis/Burdisso, Samuel, Heinze; Maxi Rodríguez, Verón, Mascherano, Jonás/Di María; Messi e Higuaín.
Un elenco titular bien parado en el fondo, con Clemente que podría haber aportado sorpresa en el ataque. Ida y vuelta, además de marca. Un medio más combativo, pero también que pudiera dormir el juego y tener la pelota con Verón. Con subida por las bandas. Y con Messi e Higuaín picantes arriba, logrando desequilibrar en cualquier momento... Ya está. Pero quiero dejar en claro que el duelo se perdió tácticamente.

Los dotes típicos argentinos hicieron lo suyo. Se habló de más al cargar a Brasil por su eliminación. Imágenes de brasileños llorando, y la tapa de Olé "Comprate un LCD". Ay, Dios... Y en menos de 24 horas nosotros estábamos igual o peor que ellos. Aprender a cerrar la boca y ser más humildes nos va a ayudar para reconstruir la mentalidad que nos lleve a la gloria.

Es cierto que también no se ligó nada contra los teutones. Un gol en contra a los 2 minutos no decreta el cierre del resultado, pero en el fútbol de hoy dice muchas cosas. Todas las divididas y rebotes iban para ellos. Las que tuvimos, fueron definidas sin convicción...
Ya no estamos más la época del tiki-tiki, del jogo bonito, del fulbito. Eso ya pasó. Se juega a otra cosa hoy en día. No más Brasil del ´70, ni Holanda del ´74. Vamos a entenderlo, le pese a quien le pese. Hay que ser inteligente, estudioso, conocer al rival y planear la estrategia, en parte, a lo que hacen ellos. No queda otra. Al menos, si lo que uno quiere es volver a salir campeón del mundo.

Estoy triste. Demasiado. Era una generación de jugadores interesante, con capacidad para conseguir algo grande. Si bien muchos podrán tener revancha, Sudáfrica era una chance de oro, más teniendo en cuenta la paridad que existía. Habrá que seguir. Mientras tanto, espero una autocrítica como la gente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario